Algunos casos

Gemma 30 años.
Vino porque tenía dolores en las rodillas, se torcía a menudo los tobillos y sufrió dos esguinces que tardaron en curarse. Usaba zapatos que le sujetasen los tobillos. Visitó más de un traumatólogo y probó la acupuntura sin éxito.
Tenía rinitis crónica y se ahogaba y respiraba mal  a menudo.
En pocos meses de M.I. las rodillas han dejado de doler. En un año siente las piernas y los tobillos firmes. Ya no se le tuercen como antes.
Después de 4 años sigue asistiendo a clase. En este tiempo se ha situado como psicóloga autónoma en consulta privada y tiene bastantes clientes. Unas piernas firmes ayudan mucho a confiar en el futuro y en nuestras capacidades
En cuanto a la respiración, a mejorado bastante. Ahora cuando tiene una crisis, menos a menudo, lo relaciona con lo que está viviendo y lo lleva mucho mejor.



Laky 37 años.
Llegó con dolores en la zona perineal. Tuvo que dejar la bicicleta. Los médicos no le encontraban nada, dijo. 
En las primeras sesiones toma consciencia de la tensión muscular de la zona y aprende a relajarla. En 3 meses los dolores han desaparecido. Sigue asistiendo a clase.
En 3 años su postura corporal ha cambiado. Está más erguido, (como hombre alto que es, inclinaba la cabeza hacia adelante, encogiéndose). En el trabajo se observa una actitud distinta. Es mucho más capaz de poner límites y de reivindicarse. Es más valorado y se valora más. A menudo nuestra postura desmiente nuestra palabras, es difícil expresar nuestro poder bajando la cabeza ante los demás o cerrándonos de espaldas.


Anna, 40 años.
Presentaba dolores fuertes en cervicales y en hombro derecho. Lesión de latigazo  y en trapecio derecho por un accidente de coche de 5 años atrás. Hacía rehabilitación recomendada por su traumatólogo, había ido a un osteópata y asistía a clases de gimnasia postural con escasos resultados.
El cargo directivo que ejerce en su trabajo le provocaba mucho estrés.
Sentía sus tobillos débiles, sufrió varios esguinces de tobillo. Tenía miedo de volver a lesionarse.
Al cabo de un año los dolores en cervicales y en la parte alta de la espalda han desaparecido. Tiene el cuello más largo.
A los 2  años de M.I. sus lesiones de tobillo son agua pasada. Siente sus piernas y tobillos más firmes, ya no teme lesionarse y se atreve a usar tacones.
Pasados 3 años vive la tensión y el estrés en su trabajo sin perder su centro. Tiene muy claras sus prioridades personales y se siente más segura en su cargo. En las cervicales cargamos los esfuerzos, el perfeccionismo y el "tengo que", en el trapecio hallamos el "no podré"; es más fácil disfrutar de lo que hacemos con unas cervicales liberadas.


Mª José, 54 años.
Sufría a menudo de dolor cervical y en la parte alta de la espalda. Tenía problemas con  la respiración, a menudo le parecía que al intentar respirar el tórax no se mueve. 
Pasado un año ya hace tiempo que no se queja de dolores en la espalda ni en el cuello. Tomó consciencia de la tensión en su caja torácica y en su diafragma y también de que a menudo retiene la respiración o casi no respira. Ahora, en momentos de estrés se acuerda de respirar profundamente. Está muy contenta. 


Joaquina  82 años.
Sufría de un ataque de ciática en el lado izquierdo que la mantenía en casa sin poder salir a la calle. Llevaba parches de morfina que le producían nauseas y mucho malestar. El tronco totalmente inclinado a la izquierda. Artritis en la rodilla derecha, la articulación muy degenerada como resultado de una lesión antigua mal curada. La rodilla bostezando hacia la derecha, "genu varus" (pierna de cawboy). Su traumatólogo quería operar la rodilla y ella se negaba.
En un mes y medio la ciática desaparece. Está muy contenta porque puede girar la cabeza y llevar los brazos a la cabeza y peinarse. En un año el  tronco está erguido y  la rodilla derecha ha dejado de bostezar a la derecha, está mucho más recta y ha bajado la inflamación. En dos años puede apoyarse en la pierna derecha y andar más segura por la calle.